Puede que tu seas el/la tóxica y aún no te hayas dado cuenta.
En las relaciones interpersonales ya sean de forma romántica, de amistad o familiares podemos encontrar a estas personas con actitudes tóxicas, pero ¿Qué pasa si somos nosotros los tóxicos? ¿Cómo identificar si soy una persona tóxica?
El primer paso para cambiar algo de nosotros mismos es reconocer que hay un problema. Así que aquí te brindamos unas señales para identificar si eres o no un tóxico.
Todo un manipulador: aunque seas responsable de X situación casi siempre consigues ‘voltear la torta’ a tu favor, haciéndole creer a la otra persona que es la culpable o está errada. Así mismo, consigues que los demás hagan lo que tu quieres aún cuando raya en los límites de sus principios o valores. El tóxico siempre querrá que los otros actúen a su favor, consiguiendo lo que desea.
Disfrutas al insultar o criticar a los demás: ‘rajar’ de cualquiera que se cruce en tu camino parece ser uno de los mejores hobbies; cuando no encuentras conversaciones para criticar o hablar mal de otros, no te parece tan interesante.
Sabes dónde clavar el cuchillo: en una discusión eres capaz de hacer mucho daño, pues sabes cuáles son los puntos débiles de esa persona, incluso sacas a relucir cosas que te haya confesado; es algo que se te da con naturalidad. Aunque luego pides perdón no es una disculpa sincera, pues eres consciente que una próxima oportunidad con el calor de la discusión repetirás tu modus operandi.
Las ‘vistímas’: lo que les ocurre es culpa de los demás, esto demuestra una falta de responsabilidad personal, pues el culpable es cambiante; sus padres no le dieron el amor que necesitaba, el compañero de cuarto o de trabajo es pésimo, en fin, siempre habrá un culpable, pero no ellos.
Alertas de adicciones o dependencias: las personas tóxicas en una relación pueden tener comportamientos impulsivos hacia el alcohol o las drogas, juegos, apuestas, pornografía y otras cosas que pueden afectar en diferentes aspectos de su vida, claramente las relaciones amorosas están en el primer eslabón.
Habla como lora, pero nunca escucha: este tipo de personas acaban dominando las conversaciones, sin embargo, a veces dan señales de inseguridad. Los tóxicos poseen un alto nivel de egocentrismo, logran que la conversación gire en torno a ellos y cuando es el turno de alguien más ya no les interesa escuchar lo que el otro tiene para decir.
Los anteriores puntos son algunas de las actitudes y comportamientos que tiene una persona tóxica, es común que tengamos uno que otro rasgo que encaje en la lista, sin embargo, que este tipo de actitudes se junten o sean el 'pan de cada día' en tu actuar puede significar que eres tu el tóxico y habiendo identificado que tenemos un problema que afecta nuestras relaciones, lo mejor es actuar para solucionarlo. Una cita con el psicólogo no estaría nada mal, a veces necesitamos ayuda en aspectos de nuestra vida que no logramos entender del todo.