En ocasiones una simple picadura, que puede ser una "bobadita", termina siendo un trágico caso médico.
Las pulgas son pequeños insectos que pueden causar incomodidad tanto a los animales domésticos como a las personas.
Las picaduras de pulgas pueden provocar irritación o picazón intensa en una persona o animal muy sensible, y más de la mitad de las condiciones dermatológicas que requieren el auxilio veterinario resultan de las pulgas.
Este es el caso de Michael Kohlhof de Estados Unidos, quien sufrió la picadura de uno de estos insectos y comenzó a experimentar extraños dolores en el cuerpo luego de perder la sensibilidad en los dedos de los pies.
El hombre se dirigió de inmediato a urgencias y minutos después sufrió un shock séptico por lo que tuvo que ser trasladado de urgencia a la Unidad de Cuidados Intensivos donde recibió un ventilador diálisis, antibióticos, vasopresores y numerosos medicamentos intravenosos para mantenerlo con vida a medida que sus órganos comenzaban a fallar rápidamente.
Por esta razón, los galenos informaron a la familia que las esperanzas de vida de Kohlhof, eran muy pocas y que perdería la vida en cuestión de horas, pero ‘milagrosamente’ se recuperó tras 11 días de estar en UCI.
Sin embargo, Michael Kohlhof desarrolló gangrena seca en manos y pies como resultado del tratamiento con vasopresores, uno de los muchos medicamentos que le salvaron la vida.
Como la gangrena del paciente no tenía tratamiento, el equipo médico tomó la determinación de amputarle ambas manos a la altura de los antebrazos, y la mitad de los pies.
Según lo dieron a conocer los especialistas, la causa de la sepsis del hombre estaba relacionada con el tifus, que se originó con la picadura de una pulga: “Fue víctima de una picadura severa y traumática de una sola pulga”, aseguró Hardaway.