Aunque saben que este acuífero depende de las lluvias, nunca la habían visto tan seca.
El panorama con el que se encuentra quien visita por estos días la laguna de Suesca, a 3 horas de Bogotá, en el norte de Cundinamarca, es el de un gran espacio de lodo donde antes había agua.
Carolina Cortés no se acostumbra a que ese gigante natural en medio de los Andes en un desierto, con apenas algunas islas, por lo que advierte que “mi laguna se está secando”.
(VIDEO) Así se seca la laguna de Suesca
Ella sabe que ese depósito natural no tiene ríos que lo alimenten y por eso su nivel cambia en época sin lluvias, pero los pobladores nunca la habían visto tan deteriorada.
Al preguntarle por qué cree que está tan seca dice que “puede por el calentamiento global que se presenta y también por contaminación”.
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Juan Rincón, otro habitante de la zona asegura que “la verdad es que es muy preocupante lo que está pasando acá en el municipio de Suesca con nuestra laguna. Es triste ver cómo día a día ella se viene secando más. Pide ayuda para que le pongamos más cuidado”.
Agrega que “ya es poco lo que nos queda de esa belleza hídrica que es nuestra laguna”.
Este paraje hace parte de la vida de sus pobladores aledaños, más allá de su valor turístico.
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Y Juan se muestra de acuerdo con Carolina, porque casi le es posible ver la manera en que el lodazal gana terreno día por día.
“Hace como un mes empezó a secarse duro, harto. Se ve, día a día se ve lo que ella baja su nivel”, dice Juan.
Los pobladores hablan de la laguna con cariño, la identifican con sentimientos como sufrimiento y tristeza, le dan un carácter de ser vivo. Eso indica de la importancia de este acuífero para la región.
“Es ver un espejo que se está desapareciendo, una laguna que día a día está gritando que la ayuden”
Pero aflora otro problema. En la tierra quebrada de lo que hace unos meses era el lecho de la laguna hoy se ven pisadas de todo tipo de ganado y su excremento. También se ve cómo han extendido las cercas, invadiéndola.
“Mucha gente no entiende que de ese límite hacia la laguna no se debería de cercar”, dice Carolina.
“Lo más bonito sería que la gente tomara conciencia de no meter animales aquí en la orilla de la laguna”, complementó Juan.
La laguna de Suesca hace parte de la vida de sus pobladores, que se acostumbraron a vivir en un lugar bello que por estos días parece más un desierto, uno al que además, algunos inescrupulosos estarían invadiendo para extender sus tierras.