Descubre las diversas formas en que los productores de música obtienen ingresos en el mundo digital actual.
Los productores de música de hoy en día enfrentan un panorama diverso en lo que respecta a sus tarifas y oportunidades de ingresos. Sin embargo, las herramientas y el negocio de la música han evolucionado significativamente a lo largo del tiempo, lo que ha llevado a cambios notables en la forma en que los productores son compensados.
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El Cambio en el Oficio de la Producción Musical
En el siglo XX, los productores trabajaban en estudios de grabación de lujo, donde las sesiones se realizaban en rollos de cinta pesados. Su papel era esencial para dar vida a las visiones de los artistas y compositores, aportando ornamentación, arreglos y destreza técnica. Aunque esto sigue siendo cierto para algunos productores, el oficio ha cambiado radicalmente. La democratización de la grabación, impulsada por herramientas de grabación DIY cada vez más poderosas, ha llevado la producción de música a los hogares de los músicos, difuminando las líneas entre los procesos de composición y grabación.
El método más común de compensación para los productores es una tarifa por su trabajo, que generalmente se paga antes del lanzamiento de la canción. Estas tarifas varían considerablemente, comenzando alrededor de $15,000 para producir una canción para un artista de pop o R&B/hip-hop afiliado a una disquera importante. Los productores de nivel superestrella pueden ganar $75,000 dólares o más por canción. Sin embargo, entre $30,000 y $40,000 se considera una tarifa razonable para productores establecidos que trabajan con artistas de sellos importantes.
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Además de las tarifas de producción, los productores también pueden obtener un porcentaje de las regalías del disco. Por lo general, los productores ganan entre dos y cinco puntos porcentuales de las regalías, comenzando con dos puntos para productores novatos y de cuatro a cinco puntos para productores consolidados y con demanda. Estos puntos se deducen del porcentaje de la grabación que corresponde al artista, y los sellos no suelen ceder parte de su porcentaje para compensar a los productores.
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A medida que la línea entre el compositor y el productor se vuelve más difusa en la música moderna, los productores que contribuyen a la composición pueden ganar derechos editoriales, además de las tarifas y los porcentajes de regalías. Esto es especialmente común en el hip-hop, donde a menudo se divide el 50% de los derechos editoriales entre la línea vocal y la pista. En otros géneros, la cantidad de derechos editoriales que un productor-compositor puede esperar varía y se negocia caso por caso.
Además de las tarifas de producción, porcentajes de regalías y derechos editoriales, algunos productores pueden ganar ingresos adicionales a través de derechos conexos, como regalías de interpretación por el lado de los masters en ciertos países. Sin embargo, para calificar para estos ingresos, es necesario cumplir con ciertos requisitos, y la situación puede ser complicada para productores no estadounidenses.