¿Cuánto estamos dispuestos a pagar por lucir a la moda?
La industria de la moda es un gigante mundial, y en su afán por mantenerse siempre en tendencia, ha dado lugar al fenómeno conocido como 'fast fashion' o moda rápida. Este concepto se refiere a la producción masiva de prendas de vestir, diseñadas y fabricadas a gran velocidad para satisfacer las cambiantes tendencias de moda. Aunque esto suena emocionante para los consumidores, tiene un lado oscuro para el medio ambiente que merece nuestra atención.
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En el corazón del 'fast fashion' se encuentra la producción de ropa económica con materiales de baja calidad, lo que prácticamente la convierte en ropa desechable. Además, para cumplir con los plazos de producción acelerados, muchas de estas prendas se fabrican en países con condiciones laborales precarias en el sur de Asia, donde los trabajadores, a menudo, laboran en condiciones de explotación, incluyendo largas jornadas laborales y bajos salarios.
Este modelo de negocio ha alimentado el consumismo desenfrenado, donde las personas compran más ropa de la que necesitan y desechan prendas con rapidez. Esto tiene un impacto devastador en el medio ambiente, ya que la producción de ropa representa el 10% de las emisiones globales de CO2 y genera contaminación del agua y del suelo.
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La industria de la moda rápida es, por lo tanto, una de las más contaminantes del mundo, con un alto consumo de recursos naturales, emisiones de CO2 y abusos laborales. Sin embargo, cada vez más surgen nuevas iniciativas que buscan transformar este modelo de negocio hacia la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental.