Los que han probado esta comida dicen que sabe a pollo.
Cerca de Battambang, Camboya, varias ratas de campo son asadas lentamente sobre las brasas para la dicha de las personas que disfrutan comer este curioso, pero económico plato.
Ma Lism, quien desde hace 10 años tiene un puesto de comida al borde de una carretera muy usada, dice que en esa época vendía apenas unos kilos de ratas al día. Hoy vende cerca de 20 kilos, el equivalente a 60 roedores grandes.
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Y durante el Año Nuevo, en abril, o el Festival del Agua en el otoño boreal, puede vender hasta 60 kilos diarios.
Pincho de rata
"Estas ratas tienen mejor salud que el cerdo o el pollo (...) Se alimentan de raíces de loto y de granos de arroz", explica Ma Lism.
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De hecho, cada pincho tiene un costo de 0,25 y 1,25 dólares, según el tamaño de animal.
De hecho, en Camboya las ratas son una verdadera plaga para los cultivos, por eso se cazan en los arrozales de los alrededores.
Cada tarde, Chuom Choen, como otros cazadores, pone trampas de bambú en los arrozales.
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Por la noche, inspecciona los cebos con una linterna frontal y al amanecer sale a ofrecer sus presas a los vendedores locales.
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"Cuando tengo suerte, cazo 5 kilos de ratas por noche", cuenta Choen quien dice que este trabajo le da entre 5 y 17 dólares diarios.
"Los propietarios de los arrozales están contentos de que cacemos estos roedores porque se les comen todo el arroz" y causan importantes pérdidas.