En este tipo de relaciones, los individuos mantienen un fuerte vínculo afectivo y emocional entre sí.
Por lo general, las relaciones de pareja se conforman entre dos individuos. Sin embargo, ese concepto se ha ido cambiando con el paso del tiempo, al punto que se pueden conformar relaciones entre tres o más personas que sienten un fuerte vínculo afectivo y emocional entre sí; a esto se le conoce como “poliamor”.
Este tipo de relación es la misma que una relación común y silvestre entre dos personas, sólo que aquí la relación se produce de forma duradera y simultánea entre más de dos individuos. Eso sí, manteniendo la fidelidad y el compromiso que requiere la relación en pareja.
Hay personas que entienden que el amor no debe ser exclusivamente para una persona, sino que se le puede brindar por igual a otras, por lo que deciden llevar una relación poliamorosa donde los implicados se comprometen a querer fielmente a quienes están en su círculo amoroso y sentimental.
Por otra parte, esta relación no debe entenderse como una poligamia, ya que un hombre no está con varias mujeres al mismo tiempo. Tampoco es una relación abierta, donde uno tiene al (o a la) oficial y al (o a la) suplente, ni muchos menos uno está intercambiando la pareja con otros, lo que se conoce como swingers.
Aquí las reglas de juego son claras y si se quiere mantener una relación poliamorosa, se necesita que todos los integrantes tengan un compromiso firme para que esta sea estable y duradera.
Algunos de los tipos de poliamor más conocidos son:
Si bien el poliamor busca promover la figura del amor libre e incondicional hacia los demás, este tipo de relaciones no siempre son exitosas en comparación a una relación tradicional entre dos personas.
Por un lado, se pueden presentar problemas como los celos o la inestabilidad, en este caso, al comparar a alguien o compararse con los demás. Además, las relaciones poliamorosas no son bien vistas por la sociedad ni por las comunidades religiosas, especialmente las cristianas.