Descubre cómo mantener a tu gato limpio y saludable con estos consejos de baño.
Los gatos son conocidos por su meticulosa limpieza personal, pero a veces, bañar a tu felino puede ser inevitable. Aquí te dejamos algunos consejos clave a tener en cuenta.
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En general, si tu gato está sano y con buen aspecto, puede ser suficiente con bañarlo muy de vez en cuando y cepillarlo regularmente. Sin embargo, hay situaciones en las que bañar a un gato es necesario, como cuando se ensucian excesivamente, se ensucian con algún producto nocivo, tienen pelo largo o semilargo, o por prescripción veterinaria.
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Es recomendable empezar a bañar a tu gato cuando aún es cachorro, entre las dos y las siete u ocho semanas de vida. En cuanto a la frecuencia, puede ser suficiente con bañarlo una vez cada mes y medio o dos meses, aunque esto dependerá del pelaje del gato y la reacción de su piel.
Es importante crear un ambiente tranquilo y relajado. Moja su cuerpo poco a poco, utilizando un champú específico para gatos y evitando el contacto del agua con sus orejas y ojos. Una vez enjabonado, enjuágalo bien y sécalo con una toalla o secador, manteniendo una distancia prudente.
Recuerda que no todos los gatos tienen pelo, y los gatos sin pelo, como el Sphynx, también necesitan higiene regular debido a su piel grasa y su tendencia a acumular suciedad. Con paciencia y cuidado, bañar a tu gato puede convertirse en una experiencia positiva para ambos.