Recuerda que los malos tratos no son una forma efectiva de adiestrar a tu gato, existen mejores técnicas para lograr que te haga caso.
A pesar de que los gatos son una de las mascotas más populares en la actualidad, quienes tienen la dicha de compartir su vida con estos felinos saben bien que no son animales que obedezcan órdenes al pie de la letra.
De ahí la importancia de educarlos desde pequeños. Es necesario entender que con estos felinos las malas palabras, los gritos o golpes, no van a servir para que haga caso.
Los gatos deben recibir el regaño en el preciso momento en el que hace algún mal, pues así como ocurre con los perros, ellos no entenderán por qué se les está regañando si se hace horas después de que el animal se comportó erróneamente.
No cuentan ni con la memoria, ni el razonamiento para comprender un regaño o reprensión horas después de sus actos.
Aunque con un simple “no”, fuerte y claro, es suficiente; se recomienda que en lugar de emplear un regaño, se opte por el refuerzo positivo; con esta técnica se le puede enseñar a no arañar los muebles, morder o hasta usar debidamente el arenero.
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Se trata de recompensar conductas positivas en las mascotas con comida, afecto o elogios para vincular ciertos comportamientos con resultados específicos. Por ejemplo, en lugar de reprenderlo cuando encuentre que arañó los muebles, premie a su gato cuando lo vea usando el rascador, ya sea con una golosina o con caricias.
Evalúe qué es lo que más le gusta a su michi, con eso escoge el premio ideal y lo puede motivar a seguir sus instrucciones.