El actor irlandés es reconocido en el mundo por ser James Bond en varias películas.
El actor irlandés, Pierce Brosnan, mundialmente conocido por ser James Bond en varias películas, enfrentó una dura niñez.
Aunque para muchos Brosnan ha sido el mejor James Bond que ha existido, desconocen la historia de sufrimiento y lucha por la que el actor, nacido el 16 de mayo de 1953, tuvo que pasar.
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Es de destacar que Pierce Brosnan debutó en el cine con la película 'El Largo Viernes Santo' en 1980 y en 1982 participó en la exitosa serie televisiva 'Remington Steele' que le llevó a alcanzar el reconocimiento a nivel internacional, sin embargo, poco se conocía sobre la niñez del irlandés, pues él no suele hablar mucho de su vida antes de convertirse en una celebridad.
Es hijo de May y Thomas Brosnan. Cuando Pierce era un bebé, su padre los abandonó y su madre se marchó a Londres para trabajar como enfermera, Razón por la que Brosnan se quedó con sus abuelos maternos Philip y Kathleen Smith.
A la edad de diez años, ya fallecidos sus abuelos, Pierce se mudó nuevamente con su madre y juntos empezaron a vivir en Escocia. Allí en su nueva vida tuvo que lidiar con el hecho de no tener amigos en el colegio.
Además, en esa institución el pequeño Pierce sufrió matoneo por su estatura ya que era demasiado alto para su edad, también por su acento irlandés y su forma de hablar.
Esta situación afectó de manera importante su autoestima y su capacidad para socializar. Sin embargo, para esa época el actor se interesó en montar espectáculos como: faquir come-fuegos en plena calle y luego terminó trabajando en un circo. Lo que le permitió adquirir más seguridad en sí mismo, hacer algo que le gustaba y olvidarse un poco del bullying causado en su colegio.
Tras terminar sus estudios actorales, Brosnan empezó el difícil proceso de los casting que le significó tiempo, a pesar de su gran talento.