Una enfermera relató el suceso paranormal que le ocurrió cuando aguardaba dentro de su carro en la Calle 100, en Bogotá.
Para quienes les apasionan los fantasmas y presencias del más allá, Bogotá es una de las ciudades de Colombia con más sucesos paranormales, pese a que la creencia es que estos hechos aterradores se viven en zonas rurales.
Son cientos de historias que se conocen de hechos paranormales en la capital, sin embargo, son pocas en las que se habla de ataques directos de estos entes a los vivos.
Al Cartel Paranormal de La Mega llamó una enfermera, quien se identificó como Patricia. Aseguró que en Bogotá “asustan terriblemente”, especialmente en el norte de la ciudad tras una aterradora experiencia que asegura vivió en el sector de la Calle 100, muy cerca de un convento.
Contó que ella es enfermera jefe y llegó a ese punto a recoger a su papá, acompañada de su hermana y su sobrino, con quienes esperaba dentro del carro y fue atacada por una monja fantasma.
“Mientras esperé que bajara de la oficina, me empezaron a rasguñar la cara y los párpados, y mi hermana estaba delante en el carro y le dije me están atacando la cara”, relató al señalar que su hermana y su sobrino no veían nada, mientras ella gritaba e intentaba defenderse.
“Me volvieron la cara una nada... Tengo fotos que mi sobrino me tomó y también hacia la parte afuera de la calle y se veían tres monjas mirándome”, agregó al recordar el ataque que calificó de “supremamente fuerte” porque detalla que tenía las mejillas rasguñadas y hasta el párpado se le cerró.
Dijo que era imposible que ella misma se hubiera autolesionado porque como es enfermera hace más de 25 años, nunca tiene las uñas largas por su trabajo. En el hospital en el que trabajaba la chequearon y descartaron que haya podido tratarse de una alergia, por lo que se aterró aún más.
Patricia, de 50 años, hizo énfasis en que no vio que era lo que la atacaba, pero las fotos la dejaron en shock al ver a esas monjas que ninguno de ellos vio fuera del carro.
No es la primera vez que se habla del espíritu de una monja en la Calle 100, pues hay varios taxistas que cuenta que hay una que se les aparece al llegar al puente vehicular sobre la Séptima en las madrugadas.
Esta trabajadora de la salud atribuyó el vivir este suceso paranormal a una epilepsia que sufrió hace unos años, por lo que tuvo que ser reanimada por los médicos que lograron salvarle la vida. No obstante, el contacto cercano que pudo haber tenido con la muerte al parecer, según dice, la lleva a que ahora pueda ver almas vagando por ahí.
Como trabaja en un hospital, agregó que cuando la gente muere allí ella puede verlos caminando por los pasillos, incluso se acercan a hablarle y a pedirle ayuda, cuando ella sabe que acaban de morir.