La mayoría habrá pasado por el lugar, pero no todos conocen la historia que esconde.
La nariz del diablo, un lugar emblemático para los colombianos, ubicado en la carretera que conduce de Bogotá a Melgar, un tramo conocido como El Boquerón.
Tiene este particular nombre debido a que, en medio de la construcción de la vía, los trabajadores vivieron aterradoras experiencias a las que no le encontraron explicación.
En ese momento, el plan a seguir era abrir camino por la montaña cuando se encontraron con una gran roca los ingenieros decidieron que debían dinamitarla, pero no sabían con lo que se iban a encontrar.
Al hacer la detonación la roca tomó dicha forma que asemeja una nariz, como vieron que no lograron romper toda la roca, realizaron dos explosiones más, pero la piedra seguía intacta.
Es por ello que los obreros y habitantes aledaños empezaron creer que era el diablo quien no los quería dejar pasar por el lugar,
Así que los ingenieros al escuchar las habladurías decidieron romper la piedra que se encontraba por debajo, material que increíblemente resultó ser más blando. Fue así como lograron hacer un espacio para que los vehículos llegaran a Melgar.
Sin embargo, poco tiempo después de abrir la vía, los accidentes empezaron a ser ‘pan de cada día’, en esa época la carretera era doble sentido, pero lo más curioso es que dichas tragedias siempre ocurrían a pocos metros de ‘la nariz del diablo’.
Por lo que ‘la nariz del diablo’ empezó a ser un lugar mucho más mítico el lugar; hoy en día la vía es de un solo sentido, y aunque han pasado años y años, esta figura en la roca aún causa intriga y fascinación a todos los turistas que pasan por la zona.