¿Alguna vez ha visto un fantasma? Miles de historias se han conocido de eventos sobrenaturales, pero está en usted si cree o no en ellos.
Que vaina esa el tema de los fenómenos paranormales, que si existen o que no, que la ciencia no tiene explicación alguna, que es el ‘Viruñas’ el que hace de las suyas, que lo mordió una bruja, en fin. Son muchos los escépticos alrededor de estas teorías existentes de estos hechos, el punto es que si hay narraciones, casos y situaciones que involucren cualquier tipo de ente del más allá es cuestión de respeto; aquí los ‘espíritus chocarreros’ del Chavo del 8 y Casper, son ‘juegos de niños’.
Este es el caso de uno de tantos oyentes que se comunican a compartir su historia en El Cartel Paranormal de La Mega, en esta ocasión lo llamaremos José.
Cuenta ‘Pepe’ que los hechos sucedieron hace unos años cuando él vivía en una casa en la ciudad de Soledad, departamento del Atlántico, que tenía dos cuartos y un sótano... Aquí es cuando uno dice juuummm parce, empezamos mal, porque desde que haya un recinto bajo tierra es porque va a pasar algo...
Regresando a lo sucedido, José decidió escoger el cuarto del fondo, y sí, estaba al lado del mentado sótano.
Películas como El Conjuro nos han enseñado que, al sótano de una casa, y más si ésta es algo antigua, no se debe arrimar, de preferencia en la noche, porque fijo algo sobrenatural se asoma ¿en qué estabas pensando Pepe?
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En fin, el reloj marcaba las 3 a.m., y pues claramente a esa hora todo el mundo está durmiendo y en ‘la quinta nube’, cuenta que en su habitación había unas escaleras que conducían al sótano, cuando, de repente, vio descender por ellas una sombra blanca...¡una sombra blanca!...a lo que él no le ‘paró bolas’, ¡otro error, dentro una cadena de errores!, dirían.
De pronto y sin darse cuenta, aquel espectro se le sienta al borde la cama, como para quedar ‘tieso’ del susto, porque ni gritar podía. Como les parece que esta ‘cosa’, según su relato, se le ha de trepar a Pepe, y este ni pa’ un lado ni pa’l otro se podía mover.
Esto que viene, más que miedo o temor es gracioso, porque señaló el oyente que, en un momento de la privación de su movimiento, el ente dio el ‘papayaso’ y José le propina su mordisco a lo que sea que lo esté atacando, y después de recibir su buen ‘tarascazo’ el fantasma se fue y nuestro personaje pudo finalmente sentarse a la orilla de su cama, filosofar a cerca del momento y echarse a dormir otra vez.
¿Usted cree que es posible después de un susto tan heavy como ese?, este hombre pareciera que lo hubiera picado un zancudo en lugar de que un fantasma lo acabara de asustar. Entonces, si usted al igual que yo al leer esto dijo: ‘¿a la bien?’, fresco, es de los míos, continuemos.
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Al día siguiente, el cuñado que era una de las personas con las que vivía, le preguntó acerca de lo que había pasado anoche, a lo que José se ‘hizo el loco’ y preguntó a qué se refería, su familiar le dijo que habían escuchado que él había pegado un grito fuerte y que fueron a ver qué acontecía, pero les dio miedo. Total, así quedó todo, porque esta es la hora en que José no sabe a qué se debió esa situación. Probablemente, ese grito fuerte que escuchó el cuñado fue en efecto del mordisco que, si uno se pone a pensar, pudo ser del mismo Pepe.