Esta historia hará que te angusties de dejar solo a tu perro.
Este relato inicia con una pequeña adolescente de 15 años identificada como ‘girl’, quien asumió los riesgos de ser mayor y enfrentar los miedos de quedarse sola en casa. Tras negarse a viajar con sus papás un fin de semana, sintió que podía disfrutar de este espacio en compañía de su fiel mascota.
Cuando se quedó sola, la niña se percató de cerrar puertas y algunas ventanas para sentirse protegida, pero una de las ventanas estaba atascada y no ajustó del todo. Al ver que no accedía, decidió dejarla abierta, ir a ducharse y acostarse a dormir, mientras su perro se acomodó debajo de la cama.
Sus sueños fueron interrumpidos cuando escuchó un sonido de goteo constante que venía del baño. En medio del susto que comenzó a dominar su cuerpo y mente, prefirió no salir del cuarto y poner su mano debajo de la cama, recibiendo una lamida.
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Al sentir este ‘gesto’, recobró la calma y concilió el sueño a los pocos minutos. Sin embargo, durante la noche continuó despertándose por este sonido, pero únicamente metía la mano debajo de la cama, sentía el lamido y se dormía.
Por última vez, la adolescente escuchó este goteo y se preocupó bastante, levantándose de la cama y dirigiéndose al baño para ver qué era lo que sucedía. Al entrar al lugar se topó con una escena escalofriante, ya que encontró a su perro colgado en la ducha, con una herida en la garganta y la sangre cayendo en la bañera.
Las lágrimas y el pánico fueron protagonistas de esta escena, haciendo que se percatara de un mensaje escrito con la sangre del animal en el espejo del baño. Esta frase decía: “No solo los perros lamen” y dejaba a la vista el aterrador escenario.
La chica huyó de la casa a buscar ayuda, pero jamás encontraron qué o quién asesinó al perro.