¿Abrirías la puerta si estás solo en tu casa y golpean tres veces?
¿Te imaginas estar acostado, durmiendo, y sentir que te golpean en la puerta de forma descontrolada?
Felipe estaba en su apartamento, ubicado en el norte de Bogotá, cuando comenzó a sentir mucho sueño y frío. El joven se metió en la cama, se cubrió con las cobijas y trató de quedarse dormido.
En la madrugada, exactamente a las 2:50 de la mañana, el joven empezó a sentir unos pasos que se acercaban lentamente hacia él, como si fueran a entrar a la habitación. Cuando levantó su cabeza y detalló la parte inferior de la puerta, Felipe vio una sombra de los pies de alguien que estaba afuera esperando a que le abrieran.
Todo se quedó en silencio, por lo que simplemente esperó a ver qué ocurriría. Felipe estaba completamente solo en el lugar, por lo que esta situación lo empezó a asustar bastante.
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Un primer golpe sonó, seguido de un silencio incómodo. El segundo toque fue más fuerte y en seco, mientras que el tercero fue casi como un puño contra la puerta.
Felipe empezó a sudar mucho y a temblar, invadiéndose de una angustia absurda, creyendo que se trataba de algún intruso o ladrón que había logrado entrar a la casa. Sin embargo, ante el silencio que había, Felipe se levantó corriendo y abrió la puerta, descubriendo que no había nadie en aquel sitio.
Recorrió los pasillos, la otra habitación y llegó a la puerta, percatándose de que todo estaba con seguro y no se había forzado nada. Al girar a su habitación, vio cómo la puerta se cerró y comenzaron a sonar los golpeteos desde el otro lado.