Consideraron que estaba endemoniada, el Vaticano decidió decapitarla y guardar su cabeza entre las reliquias religiosas.
Para nadie es un secreto que la Iglesia Católica a lo largo de su existencia ha sido señalada de cometer varios crímenes atroces en nombre de Jesús y fue justamente eso lo que condenó a una trágica historia a la monja alemana Josephine Rosenthal y su descendencia.
Hace 300 años en el monasterio Hohenwart, la hermana Rosenthal resultó embarazada, sin embargo, ella aseguraba que no había sostenido relaciones sexuales con ningún hombre. Ante su negativa decidieron realizarle pruebas y exámenes, en donde determinaron que efectivamente la religiosa seguía siendo virgen.
Este hecho hizo que el embarazo de la hermana Rosenthal fuese tomado como algo milagroso, por lo que fue trasladada al Vaticano, donde con 8 meses de gestación fue sometida nuevamente a exámenes para confirmar que nunca había estado con un hombre.
Al reconfirmar la situación, Josephine empezó a ser considerada como una santa e inmaculada por traer un hijo al mundo sin haber tenido relaciones sexuales.
Puedes ver: La aterradora historia de tres niñas en un internado tras jugar con tabla Ouija
La monja alemana dio a luz a su hija y murió en el parto, la pequeña, a la que nombraron María, nació hermafrodita, condición que también tenía su madre, lo que explica que haya quedado embarazada sin haber 'probado' hombre alguno.
Fue trasladada de regreso al convento alemán y cuando descubrieron que la recién nacida María Rosenthal era hermafrodita fue humillada por toda la comunidad religiosa, pues se consideró que estaba poseída por el demonio.
Tras correr el rumor, el pueblo comenzó a temer por su presencia, encerrada y soportando toda clase de desprecios, María comenzó a escribir un diario en el que plasmaba todos los malos tratos que recibía.
Por todo el revuelo que causaba su existencia, las autoridades del Vaticano idearon el plan perfecto, cuando la joven Rosenthal cumpliese 33 años, sería asesinada y se le informaría al pueblo como un acto divino, ya que se compararía con la edad en la que murió Jesús para perdonar los pecados de la humanidad.
Sin embargo, el siniestro plan lo descubrió la mujer hermafrodita, así que aterrorizada decidió ella misma acabar con su vida y cortarse el cuello.
Te puede interesar: Las cinco fotos paranormales que podrían ser reales: hoteles y bosques, los más tenebrosos
Sin saberlo, María Rossenthal al igual que su madre, había quedado en embarazo, pero esta vez el feto murió antes de que se suicidara.
Tras enterarse de su muerte, los sacerdotes de la Santa Sede ordenaron a las monjas quitarle la cabeza a la mujer y posteriormente esa parte de su cuerpo fue guardada en una caja de oro, junto con una cruz, un frasco con su sangre y algunos de los escritos de la religiosa.
Se dice que después de su muerte, en el cuarto que le perteneció a ella y a su madre se escuchaban rezos en latín toda la noche, también se cuenta que en las noches las religiosas veían pasar de un lado a otro la sombra de una monja que atravesaba paredes.
Poco tiempo después, con miedo a que les cayera una maldición por venganza ante sus malos tratos y abusos, los sacerdotes ordenaron destruir el convento.
Esta es una de las historias misteriosas que rodean al Vaticano, como aquellos tantos secretos que se guardan bajo sus muros en Roma.