La exreina cautivó a sus seguidores con la actuación que tuvo en 'Enfermeras'.
Eileen Roca se robó las miradas de los colombianos años atrás luego de convertirse en Señorita Colombia 2006 y representar al país en Miss Universo. Su belleza descrestó a miles de personas y se llevó los aplausos de aquellos colombianos que le siguieron los pasos durante su título.
La celebridad sorprendió a sus seguidores con la faceta de actriz que mostró en televisión, participando en algunas producciones como ‘El Joe, la leyenda’, ‘Mujeres al límite’, ‘La Ley del corazón’, ‘No olvidarás mi nombre’ y ‘Contra el tiempo’.
No obstante, recientemente, la artista despertó todo tipo de reacciones entre los televidentes luego de aparecer en ‘Enfermeras’, dándole vida a Iris, una mujer que llegó al Hospital Santa Rosa por una molestia en un ojo. Al ser examinada por los doctores, la mujer se enteró que tenía un tumor que estaba afectando su salud.
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Eileen fue halagada y admirada por quienes siguen la historia, ya que consideran que logró crear un papel creíble y convincente frente a la cámara.
Sin embargo, la actriz llamó la atención de los curiosos luego de conceder una entrevista a Superlike, del Canal RCN, donde contó una fuerte experiencia que vivió con su pequeña hija, a quien considera la reina de su casa y de su mundo.
De acuerdo con lo que contó Roca, su hija Valentina habría sufrido del famoso ‘mal de ojo’, por lo receptiva que es la niña para esas cosas. Todo inició como un malestar general y se fue convirtiendo en un lío mucho más delicado.
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“Ella comenzó a tener un pujo súper extraño, imperatividad, un sueño extraño. Me preocupé porque pensé que tenía un problema respiratorio. Le cambié la alimentación, le hicieron radiografía de tórax, exámenes de sangre, muchas cosas. Pero mi mamá, médico, me dijo además que en su época se conocía como mal de ojo, porque hay gente con la energía muy pesada”, relató la actriz.
“Mi hija es bien receptiva. Empecé con mi esposo a rezarle, con la oración, el Rosario, a rezarle la sangre de Cristo y cada día estaba peor. Santo remedio, se le quitó”, agregó, enfatizando en que la enseñanza de esta experiencia es orar todos los días.