El excandidato presidencial Rodolfo Hernández murió a los 79 años por un cáncer de colon.
En la tarde del 2 de septiembre, se dio a conocer una noticia que conmocionó a Colombia: el excandidato presidencial Rodolfo Hernández falleció en el Hospital Internacional de Colombia (HIC) de Bucaramanga debido a un cáncer de colon.
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El comunicado oficial del hospital expresó el profundo pesar por la pérdida: “información fue confirmada por el Hospital Internacional de Colombia (HIC): “A pesar de todos los esfuerzos realizados por nuestro equipo médico y asistencial, el ingeniero Rodolfo Hernández Suárez, falleció hoy”. Este mensaje fue acompañado por un sentimiento de solidaridad y respeto hacia sus seres queridos: “Lamentamos profundamente este sensible acontecimiento y, en nombre de todo el personal del HIC, extendemos nuestras más sentidas condolencias a sus familiares, amigos, allegados y seguidores”.
La salud de Rodolfo Hernández había sido motivo de preocupación durante las últimas semanas. Fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) hace varios días tras haber sido sometido a una cirugía para tratar el cáncer de colon que padecía.
A pesar de los esfuerzos médicos, su condición se deterioró, llevando a su fallecimiento. Su muerte representa la pérdida de una figura controvertida y mediática en la política colombiana, alguien que generó intensos debates y opiniones divididas.
En junio de este año, Hernández, quien había sido alcalde de Bucaramanga entre 2016 y 2019, fue condenado a 64 meses de prisión por el delito de interés indebido en la celebración de contratos durante su gestión como alcalde. Este hecho marcó un capítulo significativo en su vida política, pero no eclipsó su trayectoria como empresario.
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Rodolfo Hernández fue un ingeniero civil, empresario y político colombiano que a lo largo de su carrera generó polémica en diversas ocasiones. Era conocido no solo por sus logros en el sector de la construcción, sino también por episodios que levantaron críticas y controversias.
Uno de estos momentos fue la bofetada que propinó a un concejal durante un acalorado debate, un gesto que fue ampliamente difundido en medios de comunicación. Además, sus declaraciones sobre las mujeres venezolanas, a quienes describió como “una fábrica para hacer chinitos pobres”, también causaron un gran revuelo y rechazo en la opinión pública.
En el ámbito empresarial, Rodolfo Hernández construyó su fortuna a través de la compañía constructora HG (Hernández Gómez y Cía), que fundó en Santander el 29 de julio de 1971. Sus primeros proyectos se centraron en la construcción de viviendas populares en Piedecuesta, Santander, y con el tiempo, la empresa creció y se consolidó como un actor importante en el sector de la construcción en Colombia. En una entrevista con la revista Bocas, Hernández reveló que su fortuna personal ascendía a 100 millones de dólares, una cifra que en ese momento equivalía a aproximadamente 400.000 millones de pesos.
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Hernández detalló que gran parte de su riqueza, el 70 por ciento, estaba invertida en tierras, mientras que el 30 por ciento restante se rotaba en la financiación de los productos que la empresa comercializaba. Además, destacó el papel crucial de su esposa, Socorro Oliveros, en la gestión de su fortuna.
La describió como una persona extremadamente cuidadosa con los gastos y hábil en la negociación, cualidades que contribuyeron al éxito financiero de la empresa. "Ella era muy ahorrativa y tenía un gran sentido de la racionalización del gasto, mientras que yo era más relajado. Si alguien me vendía un lote de hierro, yo intentaba negociar el precio, pero ella era quien manejaba el dinero y decía: 'Aquí está el dinero, pero te doy tanto'. Era una negociadora implacable, lo que resultaba excelente para la empresa", comentó Hernández en una ocasión.
A lo largo de su carrera, Rodolfo Hernández compartió en diversas entrevistas que su éxito en los negocios también implicaba una pesada carga tributaria. Según sus declaraciones, pagaba más de 20 millones de pesos en impuestos cada día, un reflejo de la magnitud de su actividad empresarial. Aunque la construcción fue la base de su fortuna, en las últimas décadas su empresa se había especializado en la financiación de la compra de viviendas, un área en la que logró destacar y consolidarse como un referente en el sector.
El legado de Rodolfo Hernández es complejo y multifacético. Fue un hombre que, con su estilo directo y sin filtros, dejó una huella profunda tanto en la política como en el mundo empresarial de Colombia. Su muerte cierra un capítulo significativo en la historia reciente del país, dejando tras de sí un recuerdo que seguramente seguirá siendo objeto de debate y análisis.
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