Bad Bunny es uno de los grandes del reguetón en el momento y gastó varios millones en una lujosa mansión.
Bad Bunny sigue siendo una de las mayores figuras en el mundo de la música urbana y es que en los últimos años se ha llenado de popularidad, tanto así que ya ha incursionado en otras áreas a nivel artístico, como la actuación, nada más y nada menos que debutando en Hollywood.
El puertorriqueño ha ganado diferentes reconocimientos y premios que lo dejan como uno de los mejores artistas a nivel internacional en cuanto a música urbana o reguetón, se trata.
Claramente, todos estos halagos se ven reflejados en el dinero que llega a la cuenta del artista de 29 años. Con tantos ceros en el bolsillo, el cantante de ‘Titi me preguntó’ y ‘Ojitos lindos’ decidió comprarse, no una casa, sino una mansión de lujo.
El artista constantemente alquilaba una mansión ubicada en las montañas de Hollywood, sin embargo, con el tiempo se animó a comprarla y ofreció bastante dinero por ese espacio que es como un oasis en la que se alojaba algunas veces.
El ya conocido Conejo Malo pagó por la lujosa propiedad 8 millones 800 mil dólares. La casa, ni siquiera, estaba en venta y el cantante llegó a ofrecer hasta 9 millones de dólares por ella.
Después de un par de negociaciones, Bad Bunny y los dueños acordaron un precio para que se hiciera el traspaso de propiedad.
Esta mansión, no es una cualquiera, pues en realidad pertenecía a la familia real de Arabia Saudita, la familia Saúd; y fue tanta la insistencia de este hombre que logró que le vendieran la mansión. Según los documentos encontrados, el puertorriqueño pagó en efectivo.
Está ubicada en una calle sin salida para hacer del lugar algo mucho más privado, además está resguardada por un inmenso muro de concreto que desde afuera no deja ver en absoluto que ocurre diariamente en el lugar.
La casa cuenta con 8 lujosas habitaciones, 7 baños, bar, varios comedores, salas, cocina abierta, mesa de billar, fubolito, mesa de pin pon, saco para boxeo y estacionamiento privado para más de 8 carros. Y grandes ventanales para disfrutar de las vistas.