A sus 46 años y luego de separarse de Rodrigo Candamil, la actriz Adriana Romero, Genoveva en Ana de nadie, espera volver a enamorarse.
La novela Ana de nadie se ha convertido en una de las más vistas y queridas por los colombianos, pues su historia identifica a algunos y a otros les genera diferentes emociones, por lo que ocurre en la vida de los personajes.
La historia es protagonizada por Paola Turbay, quien hace de Ana y Jorge Enrique Abello, el odiado Horacio, el esposo adinerado que deja a su mujer por una persona más joven.
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Al lado de Ana, siempre están sus amigas Violeta y Genoveva. La actriz Adriana Romero, quien interpreta a esta última, contó en Desenchufados que guarda un sentir muy especial por la historia.
Con su personaje, Adriana encarna a una mujer que enfrenta varios problemas en su vida, pero que siempre está dispuesta a dar lo mejor de ella a sus amigas.
En medio de todo lo que cada una vive, comparten sus pesares y Ana enfrenta una decepción amorosa muy grande, pues pensaba que tenía un matrimonio perfecto y en realidad todo resultó estar mediado por engaños.
La tusa es algo por lo que todos tenemos que pasar y la actriz Adriana Romero no es la excepción, sin embargo, interpretando a su personaje, vivió ese mal de amores de una forma que antes no se le había ocurrido.
"No se me ocurrió, ya en escena dije claro es una manera de hacer catarsis, también como de sacarte la pensadera, que creo que es tan jarta en la tusa y que son buenas opciones. Hay una cosa y es que, nunca te hagas un tatuaje borracho porque dicen que al otro día te vas a arrepentir", bromeó.
Expresó que uno debe hacerse un tatuaje con los cinco sentidos, aunque sus personajes ya se habían tomado unos cuantos tragos, "y tener a las amigas ahí al lado de uno, cantando, haciendo catarsis y tomándose unos buenos tragos, siempre será una buena opción".
La actriz de Ana de nadie confesó también que ha cometido muchas locuras por amor, además asegura que haciendo la novela ha pensado mucho en el tema.
"Nosotras las mujeres latinoamericanas tenemos esa idea de amor romántico, donde hay drama, pelea, conflicto, te rescata el príncipe y uno es la princesa sufrida. Pienso que eso es muy chévere en las novelas, pero creo que en la realidad no tanto".
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Indicó que a ella le gusta pensar en el amor como un acto en el que dos personas felices con su propia vida, se juntan para hacer algo mucho más feliz y no esperar a que la otra persona te haga feliz o que gracias al otro puedas hacer cosas.
"Siento que he hecho varias locuras por amor, pero en este momento de mi vida me siento más feliz pensando en que no quiero hacer locuras por amor, sino que quiero estar muy cuerda para enamorarme otra vez", concluyó.